jueves, 25 de mayo de 2023

ECUANIMIDAD

 


Para ser ecuánime se necesita estabilidad emocional, el no sentirse zarandeado por las circunstancias del presente que nos empujan a reaccionar sin imparcialidad. Ser imparcial, es una cualidad que nos permite mantenernos estables e imperturbables ante los cambios y vaivenes de la vida, nos permite tomar decisiones después de haber analizados todos los condicionantes que se presentan sobre una circunstancia concreta. Es decir ser imparcial, es tener la capacidad de emitir un juicio equilibrado y justo desde la veracidad de los hechos y de las pruebas que le acompañan y por tanto requiere analizar detalladamente toda la información recibida o expresada.

La ecuanimidad no es pasividad. Por norma, no somos ecuánimes cuando nos quedamos paralizados, sino cuando siendo observadores de la realidad actuamos desde el equilibrio, desde una objetiva distancia emocional.

Ser ecuánime no es fácil, implica estabilidad emocional, imparcialidad, asertividad, saber escuchar, saber reflexionar, todos ellos son valores que implican un aprendizaje constante y no es fácil, pues los condicionantes culturales, los prejuicios adquiridos y desarrollados, las filias y fobias ligados a nuestro ego, la vorágine del día a día que implica inmediatez, insisto todo ello no nos permite marcar distancia y contemplar los hechos con equilibrio, con ecuanimidad.

Por último, para practicar la ecuanimidad hemos de aceptar que el cambio es lo único constante. Rectificar en nuestras decisiones aunque pueda significar contradictorio implica ser ecuánime (JRCI) .


jueves, 30 de marzo de 2023

17 ROSAS DE GUILLENA

 


 17 Rosas de Guillena y Guerra Civil

En 1936, durante la guerra civil española, diecisiete mujeres de Guillena de entre 24 y 70 años fueron víctimas de la represión del bando franquista. Fueron encarceladas, torturadas, humilladas y rapadas. Posteriormente, les dieron el paseíllo por las calles de Guillena y las transportaron en un camión de ganado al vecino pueblo de Gerena, en el interior de cuyo cementerio fueron fusiladas durante la mañana del viernes día 6 de noviembre de 1937 en una "cacería" aberrante que dio comienzo antes del amanecer, con falangistas, nacionalistas y guardias civiles disparándoles desde la cancela, y que terminó a eso de las diez de la mañana. Diversos testimonios han relatado los abusos sufridos por las víctimas incluso después de haber sido asesinadas, estando una de ellas embarazada de siete meses (hecho confirmado por los exámenes forenses practicados tras su exhumación). Sus cuerpos acabaron arrojados a una fosa común. Las diecisiete mujeres fueron conocidas colectivamente como las 17 Rosas de Guillena, y sus restos mortales reposan hoy día en un panteón construido ex profeso en su honor en el interior del camposanto guillenense.2​3​4​

 La localidad también albergó en su término municipal, casi desde el inicio de la Guerra, un campo de concentración para presos políticos y combatientes republicanos. Estaba ubicado en el cortijo del Caballero, y sus prisioneros eran forzados a trabajar en el cercano cortijo de Gambogaz tras haberse apropiado del mismo el general sublevado Gonzalo Queipo de Llano. El campo estuvo operativo al menos desde octubre de 1936 a noviembre de 1938