Cuando acudo al mar Mediterraneo voy buscando la luz, con la voluntad de olvidar la niebla eterna que cubre en mi ciudad los corazones y los días . Una niebla que obliga emocionalmente a desear el calor de sol, la luminosidad de un mar propio y particular. Siempre cuando llego a su orilla, me siento reconfortado observando su línea uniforme de un azul acerante que parece indicar el infinito de mis sueños. (JRCI)
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