La comunicación digital es una arquitectura de verdades y de mentiras.
Donde la malidicencia, el rumor, la falsedad se consolidan como una verdad. Vendemos nuestra
privacidad en aras de una visualización que se nos exige como necesaria. ¿Dónde
queda nuestro yo íntimo?. ¿Nuestra conciencia de maestros secretos?. Por qué
nos exponemos, nos desnudamos a través de las redes sociales? A veces sin pudor, con un alto sentido
ególatra de querer mostrarnos, y mostrar nuestra intimidad como un vivir
excelente, para evidenciar que estamos vivos. Pero eso no es VIVIR!!! (JRCI)